Jueves 5 de Noviembre 2015
Por Martín Luna
*Estudiante de Periodismo y miembro del proyecto de Extensión, la UNDAV con las Abuelas por la Identidad.
Empezar a escribir para agradecer un día después del festival, con el cansancio como alegría y recompensa, empiezo a creer que no todo es tan malo. La pluma preparada para iniciar las palabras de agradecimiento a todos los que participaron del evento por el Día de la Identidad, mi mente se desconecta del hoy para volver al ayer más remoto. Mi sonrisa, que es cómplice de mis manos y las palabras, se ve interrumpida por el sonido del celular. Lo miro con un poco de desagrado y vuelve a sonar una y otra vez y ahí me doy cuenta que debe ser algo más que solo un mensaje. La vibración en mi mano me apura a fijarme quien es y leer. Impacientes mensajes seguían llegando y cuando toco la pantalla leo muy claramente: Nieto 118… la alegría me invade y quiero escribir en el grupo del “Proyecto las Abuelas y por la Identidad” pero están todos emocionados como yo. Respiro profundo y expreso mi euforia por este logro, no ya el nuestro de ayer que lejos quedo en tiempo y emociones, porque sabemos que las alegrías están para ser superadas y esto supera a todo lo que podemos soñar.
A las 18:30 hay conferencia de prensa de Abuelas sé que por el tiempo de viaje no llego, pero espero frente al televisor y con la radio prendida también, la conferencia. Falta un rato y quiero saber que Abuela es la que recibe semejante felicidad, a la cual le quitaremos un poco de ella porque todos queremos estar ahí. Camino de un lado a otro pensando en los nombres de las Abuelas y quiero que sean todas, pero sé que solo una hoy, y entonces pienso en ese nieto pero quiero que sean todos también… la soledad de mi mente que no está sola siente que siempre hay esperanza.
Y así entre esperanzas y recuerdos la tele me trae otra vez a la realidad con la voz de Estela. ¡Es el nieto de Delia!, le grito a la tele y a la radio también. La emoción me invade no sé qué decir y quiero estar ahí y miro el reloj colgado en la pared… se cumplen 24 horas del comienzo del “Festival de la UNDAV por el Día Nacional del Derecho a la Identidad” y las sensaciones son más fuertes cuando repaso en la memoria que todo empezó con la muestra de los twitterrelatos en Villa Corina con la restitución de la nieta 117. Pero no creo en las casualidades.
El nieto de Delia, el festival, la escuela 23 de Villa Corina, los días, los mensajes, un principio, un final, los agradecimientos, mis compañeros, las Abuelas, los nietos que faltan, la identidad que me atraviesa y todo se transforma en un remolino de imágenes, de fuertes sensaciones, de que SI es posible todo lo que uno se propone, que tarda en llegar pero llega. Ese torbellino, ese todo, pega en mi pecho y cuando La Abuela Delia Giovanola empieza a hablar la tormenta se desata en mis ojos y no soy el único, somos muchos y no estamos equivocados.
Solo con verdad, memoria y justicia se puede resolver la identidad de un pueblo.
Tarda en llegar y al final hay recompensa...