Miércoles 5 de Agosto 2015
A un año de la recuperación
de Ignacio, querida Estela, la Universidad Nacional de Avellaneda te abraza y
te agradece la lucha
Por Martín Luna,
Estudiante de Periodismo, parte del proyecto de Extensión Universitaria,
"La UNDAV con las Abuelas por la Identidad”
"Estoy sonriente todo el tiempo, por culpa
tuya" dice Estela
de Carlotto. Y como no estarlo Estela, si todos lo estábamos, si
el aire cambio de repente con el anuncio ese 5 de agosto de 2014, si en la
calle se veía a la gente contenta, las sonrisas se adueñaron de los rostros de
todos, de aquellos que pedimos Justicia. Nos conmovimos con saber que Él, tu
nieto, te había encontrado porque sabías que te buscaría al igual que a las
otras Abuelas.
Otros nietos, sin saberlo, saldrán a buscar a sus Abuelas y encontrarán
su verdadera identidad. "Que tengan el ánimo de saber que los
espera la libertad y el amor. Los vamos a hacer libres y serán ellos mismos,
con su propia identidad”, como dice Estela.
Luego de 36 años de
lucha, Estela de Carlotto (presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo) recuperó a
su nieto Ignacio. Ignacio Montoya Carlotto, hijo de Laura Carlotto, secuestrada
y asesinada por la dictadura y de Walmir Oscar Montoya, detenido desaparecido, recuperó
su historia y su restitución se transformó en uno de los hechos más importantes
de 2014. Hortensia Ardura, su otra abuela,
también lo recuperó.
“Apareció el nieto de
Estela”,
se decía ese día, porque todos sabíamos que era varón y ese bebé, que ya es un
hombre, se abrazó a su abuela que incansablemente lo buscó. Como ha buscado y
encontrado a otros nietos que fueron también los suyos y ahora Ignacio es de
todas también.
La alegría y la lucha
van por un mismo sendero se confunden en un abrazo y en una marcha colectiva de
construcción de la memoria. Las Abuelas nos iluminan el camino y no lo podemos
llamar milagro a este caso ni a ningún otro porque es militancia y arduo
trabajo.
La historia nos da
una caricia en cada nieto recuperado, en cada abrazo con las Abuelas. Sabemos
que los que no están no volverán, pero al recuperar a sus hijos la herida sana un
poquito y tendrá razón de ser tanta insistencia y tanta lucha.
Sabemos que cuando
Estela pidió exhumar los restos de su hija, en 1985, el antropólogo texano
Clyde Snow le confirmó que era abuela y ahí despejó toda duda.
La orden de asesinar
y el hecho tardan un instante breve, las agujas del reloj casi no alteran su
recorrido, pero cuando se busca recuperar lo que sabemos recuperable esas
agujas muestran un cambio característico del que espera.
Ignacio es músico,
docente y se abrió rápidamente al cariño de su Abuela Estela.
Y todos estamos sonrientes por culpa de ustedes, todos estamos contentos
porque la lluvia en tus ojos se convirtió en un vendaval de justicia y
esperanza para todas aquellas familias que siguen buscando.
A un año de la
recuperación de Ignacio, querida Estela, la Universidad Nacional de
Avellaneda te abraza y te agradece la lucha. Nos conmueve y nos enaltece poder
ser parte del Proyecto de Extensión Universitaria “La UNDAV con las Abuelas por
la Identidad”.